Hace ya un tiempo que los llamados techos verdes se han vuelta una tendencia notoria en la capital de nuestros vecinos argentinos. Es más, el mismo Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires está desarrollando un proceso para reglamentar este tipo de construcciones y hacer que se comiencen a incluir en los nuevos proyectos.
Para quienes no los conocen, los techos o cubiertas verdes son sistemas que permiten el crecimiento de vegetación en la parte superior de una estructura que puede construirse sobre techos, terrazas o azoteas.
Los beneficios de los techos verdes no son menores. Además de ser un aporte en cuanto a la estética del paisaje urbano, estos techos funcionan excelente como aislantes para conservar el frío y el calor, lo que a su vez produce un importante ahorro energético para quienes los implementan. «En verano, dentro de mi departamento hay siete grados menos que en el exterior, y tiene que hacer demasiado calor para encender el aire acondicionado» señala Marta Rubio, vecina del sector de Núñez, quien recientemente implementó este sistema. Otro beneficio de los techos verdes es que presentan ventajas en cuanto a los sistemas de drenajes tradicionales, sobretodo en caso de lluvias intensas.
Les dejamos un listado de los beneficios que proporcionan los techos verdes junto a un video que explica cómo construir estos sistemas, para que se animen y podamos comenzar a seguir el ejemplo de nuestros vecinos.
Beneficios económicos, sociales y ambientales de los techos verdes:
– Mejor aislamiento térmico lo que reduce el consumo de energía para enfriamiento y calefacción y las emisiones de dióxido de carbono.
– Pueden duplicar o triplicar la vida útil de la membrana hidrófuga de una cubierta porque eliminan la contracción y expansión producto de la exposición al sol y a cambios de temperatura.
– Disminuyen la velocidad en que se escurre el agua de lluvia lo que retrasa su llegada a la red y tiene gran incidencia sobretodo con lluvias intensas.
– Filtran el polvo y la contaminación mejorando de esta forma la calidad del aire de la ciudad.
– Disminuyen la temperatura de las superficies urbana moderando el efecto isla de calor, sobretodo durante el verano.
– Elevan el valor estético y calidad visual de quienes los rodean.
– Contribuyen a una mejor calidad de vida de los usuarios del edificio de la ciudad en general.
Vía El Ciudadano.