Por: Sofía Covarrubias
Anita Gajardo
Francisca Subiabre
Una de las consideraciones que debería tener un plan de descontaminación efectivo es el aumento sostenido de áreas verdes dentro de la ciudad. Esto se debe al impacto significativo que tienen las áreas verdes en la captación de material particulado, incluso más importante que su capacidad de absorción de CO2.
Las medidas de descontaminación se han centrado por años en el control del PM10 y es reciente la mayor preocupación por el PM2,5, el que ha demostrado ser mucho más nocivo para la salud humana, y el material vegetal (árboles, arbústos y ceped) es capaz de retener incluso material particulado fino de 2,5 μm.
Por ejemplo, cálculos realizados por el Parque Metropolitano establecen que su proyecto de reforestación (110.000 árboles) actualmente en curso reducirá 12,5 toneladas de material particulado.
De todas formas, no todos los árboles descontaminan de la misma manera considerando el ciclo de vida de sus hojas ya que es lógico que especies que botan la hoja de invierno como el liquidambar y plátano oriental no están descontaminando justo en el periodo crítico para nuestra ciudad. Por esto es importante la inclusión de una diversidad de especies que incluyan árboles con hoja en invierno como las especies nativas.
En relación con sus costos, hay investigaciones (Universidad de Florida y Universidad de Chile) que estabecen que la mantención de áreas verdes es igualmente efectiva en la remosión del PM10 en Santiago que otras políticas de control de polución, tales como el uso de combustibles alternativos.
Si estas medidas son similares en términos de costo y efectividad no podemos dejar pasar que mantener áreas verdes no solo aporta a la reducción de contaminación sino que tiene una serie de otros beneficios sociales.
Por otro lado, también son relevantes las formas en que se pueden implementar medidas de forestación tanto desde criterios ecológicos, tales como la densidad y la elección de las especies a usar, como desde criterios sociales, porque es imprescindible la participación ciudadana para que estas áreas verdes perduren y generen un cambio de conciencia en relación al modelo de desarrollo urbano que tenemos.
Fuente: Fundación Mi Parque.
Foto vía Chilesustentable.net
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