Carolina Moya:
“Todos somos una parte esencial de los proyectos: por mucho que sea, agarrar un pincel o tomar un rastillo, eso es vital para que en conjunto hagamos la plaza”
Los invitamos a conocer los sueños y desafíos de nuestra voluntaria que participa activamente en Fundación Mi Parque desde principios de 2015
¿Cómo llegaste a Mi Parque? ¿Hace cuánto tiempo que participas?
Siempre había estado ligada a los voluntariados, llevaba ya un par de años haciéndolo, pero en el área educacional, en otras fundaciones orientadas al desarrollo de habilidades y al trabajo con jóvenes. Estaba buscando algo que tuviese mayor actividad física, en el fondo más out-door y que también tuviese su lado comunitario. De ahí, buscando por internet, llegué a Mi Parque. Me pareció súper buena idea contribuir a la calidad de vida de las personas a través de la construcción de áreas verdes.
Partí en verano del 2015, me acuerdo porque mi primera construcción fue un 14 de febrero.
¿A qué te dedicas? (Trabajo, hobbies, estudios, etc.)
Soy psicóloga, actualmente estoy trabajando en el área de selección y también me he desempeñado en el área de desarrollo de habilidades blandas en jóvenes. Como hobbies, me gusta la actividad física. Por lo menos una vez al mes, subir un cerro, hacer trekking, esa es mi actividad para descansar. Ahora estoy yendo al gimnasio, estuve haciendo kick-boxing, y me gusta harto salir a caminar de noche. Está todo mucho más calmo.
¿Cómo te describirías en algunas palabras?
Yo me describiría como una persona optimista, que siempre trata de llegar a la gente a través del humor, y que cree en las personas, que éstas son capaces de lograr sus objetivos y de cumplir sus sueños. Trato de compartir este espíritu.
¿Qué te motivó a ser voluntario en la Fundación?
Creo que, aparte de que era lo que estaba buscando: un voluntariado más activo y que fuera out-door; el equipo y la dinámica que se da me motivaron. Ya con ir a la primera construcción uno dice: “Aquí me quedo!”
Más encima es súper agradable compartir con la misma comunidad, con otros voluntarios de las empresas y con el mismo equipo, uno se siente “parte de”, construyendo algo en comunidad.
¿Alcanzas a compartir con la comunidad durante la construcción?
Se hace corto, pero creo que se logra una vinculación para transmitir un mensaje que va más allá del momento.
¿Cuál es tu aporte como voluntaria?
Mi granito de arena es entregarles cohesión y motivación en los equipos que me han tocado. En el fondo que todos se den cuenta que somos una parte esencial del proyecto. Por mucho que sea, agarrar un pincel, agarrar un rastillo, eso es vital para que en conjunto hagamos el proyecto.
Desde que empecé mejoré más que todo mi capacidad de coordinar a todos los voluntarios de un equipo. Prestándoles atención a todos. Eso al principio me costaba un poco, soy preocupada de que nadie se sienta excluido. Por ejemplo, los niños chicos, hay que tenerles más ojo, pero que también se sientan parte del equipo. Es súper importante lo que están haciendo porque eso también ayuda a que se comprometan con el proyecto. Al final es su barrio.
¿Cuál es tu mejor recuerdo como voluntaria de Mi Parque?
¿Un recuerdo concreto? Uno de los murales. El de Los Vilos. Eran hartos niños chicos que querían estar todos en el mural. Y el tema era ¿en qué te enfocas? ¿En que quede bonito o que todos tengan la experiencia del mural? Porque es parte de comprometerles con su plaza. ¿Entonces, cómo logras un equilibrio entre que quede armónico y la coordinación de todos los niños? La atención tampoco les dura mucho, quieren pintarlo todo y después se aburren y quieren irse a otra actividad. Había que coordinar todo eso, dirigirles a otra actividad cuando era necesario, cuidar que no se manchen, etc. Eso fue uno de mis mayores desafíos. Al final todos estaban felices, pintando.
Ver que de repente hay niños que tienen muchas habilidades para pintar y que ellos se dan cuenta allí en el momento. Eso me gustó.
¿Cómo podrías describir la Fundación Mi Parque en 3 palabras?
La palabra fundamental es comunidad. Sí, se ha logrado el objetivo de compartir con una comunidad. La segunda palabra, sería compromiso. La fundación la veo muy comprometida con el objetivo que tiene. A cada uno de los participantes del equipo, lo veo súper comprometido en todas las acciones que lleva a cabo. Y… creo que esperanza sería la tercera palabra, porque se transmite en las actividades. Al ver al equipo, las comunidades ellos también la sienten.
