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Diario Concepción: La necesidad de que las personas se apropien de verdad de su entorno

By 8 de abril de 2015marzo 8th, 2017No Comments


La necesidad que las personas se apropien de verdad de su entorno

Entre las prisas, no todas justificadas, puede perderse el sentido de lo prioritario, confundir lo trascendente con lo superfluo. Lin Yutang, un filósofo chino del siglo pasado, escribió un libro que debiera ser leído por muchas más personas actualmente: «La importancia de vivir», una reposada reflexión sobre ese asunto, el no confundir las cosas importantes. Resume un pensamiento de su cultura milenaria respecto al modo de ser occidental: los que se apresuran por nada.

Entre esos abandonos, distraídos por los reclamos de urgencias no todas tales, se puede olvidar la tierra. Eso podría explicar el descuido o la indiferencia por el sitio sobre el cual se construyen las ciudades y las residencias, hasta concluir que están alli por obra y gracia de la naturaleza y, en consecuencia, pertenecientes a un sistema que se cuida sí mismo.

Sin embargo, hay comunidades donde se ha pensado que hay algo más que hacer con esa tierra donde depositamos nuestros haberes materiales, además de las cada vez más abundantes advertencias de evitar daños ambientales, emprender acciones positivas; no sólo dejar de destruir, sino aplicarse en sentido contrario, esta vez, retomar las prácticas más antiguas, justamente volver la mirada sobre lo auténticamente esencial.

En algunos países de Europa, como Inglaterra, España, entre otros, existen grupos que viven de sus propios autocultivos. Este es el caso de Totnes, un pequeño pueblo de 10.000 habitantes, al sur del Reino Unido, que practica un estilo de vida enfocado en la economía local y el cuidado de sus alimentos. En Zarzalejo, en Madrid, como práctica de vida sostenible, se capacita a los vecinos para la eficiencia energética de sus casas, el empoderamiento social colectivo, sin tener que esperar que los gobiernos empiecen a hacerlo. De hecho, se estima que cerca de 2.000 ciudades y pueblos ya están en esa transición. En el caso de Chile, cada vez hay más organizaciones sociales o municipales de acuerdo con este tipo de iniciativas, que buscan rescatar espacios públicos con fines educativos y ecológicos. Pasa en las escuelas rurales, donde entrelazados con los contenidos convencionales de los planes de estudio se encuentran prácticas propias del agro, cultivo de verduras, crianza de abejas, preparación y enriquecimiento del suelo, una bienvenida modificación al esforzado ejercicio de lápiz y papel.

Además de los obvios resultados, diferentes en cuanto a lo que los niños son capaces de hacer, se estima que hay otros objetivos de considerable necesidad que se logran con este tipo de prácticas. Por ejemplo, vínculos psicológicos y de socialización que se establecen en los grupos que ven crecer bajo sus recursos indispensables para la vida y de inmediata valoración en sus propios hogares. El ario pasado se realizó, por primera vez, el Simposio de Agricultura Urbana, donde participaron diferentes actores de la nueva red de agricultura urbana del país. Con temas relativos a agricultura y mercado, institucionalidad, sostenibilidad, autonomía, soberanía y política, comunidad y educación. Estábamos sumergidos para entonces bajo el asedio de otros ruidos, reformas, escándalos, los llamativos asuntos que dejaron en la sombra esta iniciativa, lo suficientemente trascendente como para darle un nuevo espacio de reflexión y nuevo impulso a supuesta en práctica, no importa que al principio sea en pequeña escala.

Vía Diario Concepción