Teniendo en cuenta la recomendación de la Organización Mundial de Salud (OMS) de que debiesen existir al menos 9 m2 de áreas verdes por habitante, la cifra actual de 3,46 m2 correspondiente al Gran Santiago deja bastante que desear.
La escasez de áreas verdes en la capital del país es evidente y cada día hay más consciencia en los habitantes de la necesidad de disponer de espacios de recreación para una mejor calidad de vida. Es por esto que el sector privado también ha decidido apostar por los espacios verdes mediante nuevos proyectos que incluyen parques, plazas y zonas de esparcimiento.
«La localización de estos proyectos, por lo general es periférica, donde hay menor densidad de población. Yo encuentro más grave el tema en el centro de Santiago o, por ejemplo, en Ñuñoa», agrega Sonia Reyes, bióloga y especialista en áreas verdes de la UC.
La experta sugiere que muchos de los proyectos inmobiliarios en zonas de alta densidad no proporcionan las suficientes áreas verdes para la gran cantidad de residentes que los habitan. También señala que la Ley General de Urbanismo y Áreas Verdes debiese velar por que se exijan más áreas verdes cuando se construyen zonas de alta densidad como edificios.
Como afirmó Sonia: «Hay que pensar en la necesidad de la ciudad, que es mejorar la cantidad de áreas verdes por persona, ya que estos espacio aportan muchísimos efectos positivos, mejoran la calidad del aire, regulan la temperatura, y, desde el punto de vista del espacio, facilitan la recreación y el encuentro social».
Vía El Mercurio.