Según los distintos estudios que se han realizado sobre la cantidad de áreas verdes en nuestro país, han demostrado que tenemos, como promedio, un número bastante inferior a lo que sugiere la Organización Mundial de la Salud (9 m2 por habitante).
Por lo mismo, hay un grupo de personas -cada vez más grande- que está decidiendo tomar acciones con sus propias manos. Una de ellas es la ONG Red de agricultura urbana (RAU) que incentiva a los ciudadanos a intervenir lugares que estén en desuso o en mal estado para convertirlos finalmente en lugares verdes donde se pueda desde pasar el rato hasta cultivar un tomate.
“Es importante que los habitantes de las ciudades utilicen espacios públicos para cultivos de alimentos como una forma de mejorar su calidad de vida, de relacionarse con la naturaleza y de acceder a alimentos frescos y económicos. Cuando las personas cultivan sus propios alimentos se producen cambios muy importantes en su forma de relacionarse con el ambiente, con la alimentación y con otros vecinos“, cuenta Julia Franco, integrante activa de la RAU.
Pero así como está la RAU, también hay otras organizaciones que están haciendo cosas al respecto para que hayan más espacios para cultivar. Tal es el caso de la Huerta Municipal de La Reina, en la Aldea del encuentro, o el programa de agricultura urbana de La Pintana, o incluso los huertos escolares de la municipalidad de Renca. Todas estas instancias no hacen otra cosa más que confirmar lo que Julia dice anteriormente: Las personas que cultivan y cuidan la tierra tienen una manera muy distinta de relacionarse con el medio ambiente y su entorno.