EL MERCURIO – Cada fin de semana es una pesadilla: estacionan los autos en cualquier parte, bloquean las entradas a las casas y usan los postes como urinarios.
Nancy Muñoz vive en el pasaje Antonio de Azócar, paralelo a Calderón de la Barca, donde se instala la feria persa de San Bernardo, la misma que los fines de semana convierte su vida y la de los vecinos en una pesadilla. «Los coleros (vendedores informales que se ubican en los extremos de los puestos) han invadido toda la calle, alterando la vida de los residentes», reclamó en su carta a Línea Directa.
Contó que se instalan frente a las casas, bloquean las entradas, estacionan los vehículos en cualquier parte, usan los postes como urinarios y las tazas de los árboles como basureros. «Somos adultos mayores y no merecemos pasar por todas estas molestias. Invaden la vida familiar normal, pues ni siquiera nuestros hijos pueden venir en sus autos a visitarnos ya que no tienen dónde dejarlos», aseguró.
Asimismo, añadió que existe un sitio eriazo, frente a un colegio, que se utiliza como estacionamiento. «Ese lugar debiera ser una plaza… pero las autoridades municipales conocen de estos problemas y no se han preocupado de solucionarlo», dijo.
Consultado el municipio, se nos explicó que junto a la Fundación Mi Parque y la empresa privada han hecho grandes esfuerzos para contribuir a cambiar radicalmente este sitio eriazo (ver foto), «aportando con una nueva área verde que -sin duda- mejorará la calidad de vida de los vecinos».
Aclararon también que el municipio realiza la limpieza de toda la feria y también de la basura de los coleros, incluso de los árboles. Y precisaron que en septiembre del año pasado empadronaron a los feriantes, «con el objetivo de mantener el comercio de la comuna ordenado».
Igualmente oficiaron a la Gobernación del Maipo, denunciando el comercio ilegal de los «coleros» desde el 2014 (oficio ordinario 1.524) y solicitaron una fiscalización en marzo de este año, «insistiendo sobre la necesidad de regular esta situación».
Y mencionan un oficio de la Contraloría General de la República (N {+o} 52.513), que indica que es la Gobernación del Maipo, a través de su gobernador «quien debe instruir para dar cumplimiento a la fiscalización de Carabineros y así cumplir con su cometido de velar por el orden público y acoger de manera satisfactoria los reclamos y solicitudes de este municipio. Pero, por sobre todo, el de los vecinos que exigen mayor rigurosidad en la responsabilidad que les compete en lo referido al comercio ilegal y su misión de resguardo de la seguridad pública como representantes del Ministerio del Interior».
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